Ir al contenido principal

Pronósticos

 La pelea en el barro las semanas previas al 11 de mayo favoreció a un oficialismo que no tenía una sola buena noticia para dar, pero también permitió debatir una agenda paralela que incomodaba al gobierno. De allí salieron dos advertencias: una, que se estaban escondiendo las facturas de luz hasta después de las elecciones; dos, que no se iban a poder pagar sueldos y aguinaldos. No eran chicanas de coyuntura, eran síntomas del apocalipsis. 


La primera advertencia se cumplió de inmediato. El lunes 12, horas después de que se cerrara el acto electoral, aparecieron todas las facturas juntas, con aumentos de hasta el 50% y anuncios de cortes. 

La segunda viene en cuotas. Por lo pronto, Zdero confirmó que no habrá aumentos de sueldo para nadie. “No hay posibilidades, Julio -le dijo a su vocero-. Yo les daría el chanchito para ver qué pueden sacar de adentro, si nosotros tenemos el noventa por ciento de los recursos destinados a sueldos. Con el diez tenés que comprar medicamentos, tenés que seguir haciendo obras, tenés que seguir pagando las ambulancias, pagando combustible para los patrulleros; ¡con el diez tenés que seguir pagando la deuda!”.  

Durante la campaña, Capitanich había advertido que el gobierno necesitaba $ 70 mil millones para pagar aguinaldos, y que no los tiene ni los tendrá. La caída generalizada de la recaudación y el déficit de más de $ 200 mil millones con el que Zdero cerró el ejercicio 2024 explican en parte ese agujero fiscal.

Además, el nuevo esquema de Ganancias decretado por Milei elimina el anticipo de junio del 25% que pagaban las grandes empresas, y por el cambio de retenciones del IVA a las operaciones aduaneras ya no habrá impuesto a las importaciones. Ambos gravámenes son coparticipables, por lo que esa masa de dinero no llegará a las provincias. Y de lo que quede, Zdero le tiene que devolver a Nación el anticipo financiero de $ 120.000 millones que recibió en marzo. 

Los cambios en Ganancias y en retenciones a las importaciones se hicieron por decreto a principios de mayo. Zdero no puede fingir demencia. Su alianza con Milei fue a conciencia, sabiendo de antemano que la canilla estaba cerrada. Dicho sea de paso, los sueldos que no va a aumentar son remuneraciones mensuales por trabajos realizados para sostener los sistemas de salud, educación y seguridad.  

El plan de Milei no tiene secretos: las provincias son intermediarios indeseables entre él y la gente de bien, un sistema ineficiente que tiene que ser demolido. 

Ese fundamentalismo fiscal tiene como contrapartida la aniquilación de los servicios públicos, la destrucción del Estado como lo conocemos. En la nube de gases de efecto invernadero en la que levita Milei, cuando los pocos impuestos que se recauden sirvan sólo para pagar la deuda y sostener sus viajes al exterior, el mercado pondrá las cosas en su lugar. 

En el mientras tanto, la guita se la están llevando las grandes empresas, los dólares se están destinando a la timba del carry trade y al pago de la deuda que contrajo Caputo en la Era Macri para, básicamente, los mismos fines.  

El problema no es que no lo veamos. El problema es que Zdero mienta para facilitar el desguace y la sociedad siga papando moscas. Aunque su complicidad prostibularia lo marque para el resto de la cosecha, la reconstrucción va a ser a costa de mucho sufrimiento.


Entradas populares de este blog

Caídos del mapa

El 27 de enero se llevará a cabo la audiencia pública para tratar la actualización de la tarifa de energía eléctrica y el Cargo Tarifario Específico de Secheep. El Valor Agregado de Distribución (VAD) se actualizará cada tres meses, y se creará una “tarifa para medianos usuarios en baja tensión” (los que consumen entre 30 y 50 kW). A lo largo del año, de acuerdo a datos de Secheep, el gobierno nacional aumentó la energía mayorista 420% (según el Foro Multisectorial Contra los Tarifazos, fue en promedio del 433,6%, pero con un impacto en los usuarios de ingresos medios del 555%). En contraste, la última actualización de las jubilaciones alcanza el 2,43%. En enero un jubilado de la mínima cobrará $ 265.907,01 más un bono de $70.000. Las facturas de luz promedian los $150.000. Una familia tipo puede superar holgadamente los $ 300.000 mensuales. Según Germán Perelli, vocal oficial de la empresa, el peso de los cargos provinciales en la factura es de sólo 27,3%, y en todo el 2024 no se t...

El cierre de los medios públicos y el nuevo sentido común

Dice Borges en “La muralla y los libros”: “Leí, días pasados, que el hombre que ordenó la edificación de la casi infinita muralla china fue aquel primer emperador, Shih Huang Ti, que asimismo dispuso que se quemaran todos los libros anteriores a él”. Zeitgeist Más intuitiva que científicamente, la política comunicacional de cualquier gobierno, también del de Leandro Zdero, consiste en abolir el pasado y construir una nueva realidad en base a lenguajes simbólicos que legitimen su programa. El mayor logro de un plan de esta magnitud es que la gente piense que los nuevos postulados son verdaderos porque para el resto de la sociedad lo son. Como dice Mario Riorda: “El universo simbólico ofrece el más alto nivel de integración a los significados dentro de la vida en la sociedad”. Cuando este viernes el gobierno de Leandro Zdero cerró Somos Uno (el sistema de medios públicos provincial) hizo honor al relato instalado en la campaña: el de la austeridad. Como Shih Huang Ti, Zdero ordenó que ...

Intemperie

Durante 28 años la democracia chaqueña fue gobernada por dos fuerzas políticas: doce años por los radicales, dieciséis por los peronistas, pero sin alternancia. Fueron dos ciclos completos que se agotaron solos.  Ángel Rozas y Jorge Capitanich fueron dos dirigentes excepcionales. Tuvieron la vaca atada hasta cuando gobernaban sus delfines y querían cortarse solos. Construyeron liderazgos indiscutibles con las herramientas de la política: el territorio, la doctrina, la gestión.  A Rozas incluso le tocó ser oposición durante más de una década y sólo en los últimos años, cansado, enfermo y consciente de que su tiempo había pasado, dejó la centralidad y abrió la jugada, aunque de mala gana.   Leandro Zdero aprovechó esa grieta tanto como el agotamiento del ciclo peronista, pero sería prematuro decir que su triunfo fue el comienzo de un nuevo ciclo largo. Hasta el momento sólo ha mostrado audacia. A un año de haber ganado ni siquiera hay un “zderismo” embriona...