Zdero ya escribió un bonito responso por la muerte del Papa: “Su legado de bondad quedará para siempre. Su invitación al diálogo y la concordia ha dejado una huella imborrable para la humanidad”.
Imagino a Zdero, el dialoguista, en el comité de campaña: “Correligionarios: cada vez que salgan en un medio o publiquen en Instragam, digan que vinimos a poner orden. Es lo que Pancho hubiera querido. Además no tenemos ningún logro de gestión”. Marcos Resico, entre sollozos, anota en su libretita: “Vinimos a poner orden”.
No hubo tormenta de ideas, nada. La consigna salió por descarte. Pero no es una consigna cualquiera. Evoca un fuerte encuadre de la derecha: “Piquetes es igual a desorden, que es igual a inseguridad”. ¿O se olvidan del caso Cecilia? Los piqueteros son la corrupción, la mafia, el narco y los muertos.
Gobernar te la debo. El verso se derrite frente a los datos de inseguridad, en los que no parece haber ningún piquetero involucrado: “Abusó de una menor en el baño de un boliche, la grabó y difundió el video en las redes”; “Robó un estéreo en Resistencia y quedó grabado”; “Hallaron muerto a Ángelo Miño: una pelea previa sugiere que se trató de un crimen”; “Matan a cuchillazos a un hombre en la estación de trenes de Las Breñas”.
Involuntariamente, la prensa paraoficial muestra la desastrosa política de seguridad de Zdero, que desde que asumió ya acumula 16 femicidios e incontables muertes evitables: “Semana Santa trágica en rutas y avenidas. Entre el lunes 14 y el domingo 20 cinco personas perdieron la vida en distintos accidentes ocurridos en la provincia”. Según el co-director del Perrando hay entre 5 y 16 accidentes de moto por día en Resistencia, la ciudad que más muertes registra en el país en ese apartado.
Los índices de accidentología y criminalidad aumentan como los precios mientras el jefe de Policía custodia luminarias las 24 horas. ¿Qué orden vino a poner Zdero?
¿Orden en las cuentas públicas? Capitanich dijo que el gobierno no va a poder pagar los aguinaldos y Julio Ferro le respondió que los empleados públicos ya pueden retirar su “adelanto de aguinaldo” del NBCH, como si así quedara saldada la discusión.
“Cómo lo descansé”, habrá pensado. No le explicaron que los “adelantos de aguinaldo” son préstamos de una entidad financiera a una clientela cautiva, con un nombre de fantasía y sus condignos intereses. Y es a los empleados públicos a los que les descontarán, cobren o no el aguinaldo.
¿Orden en la educación? La oposición ya presentó en la Cámara de Diputados un pedido de interpelación a la ministra Naidenoff por intervenir la Junta de Clasificación de Nivel Primario y crear una junta “ad hoc” con amigos de la casa.
¿Orden en materia tarifaria? ¿Orden ante la emergencia del campo? ¿Orden en la distribución de ayuda social? No, no hay orden. Hay caos y el grito sordo de una sociedad agotada. Si leyeron a Pancho, no lo entendieron.