Zdero esperó unas prudentes cuarenta y ocho horas para realizar el acto oficial por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, cosa de no quedar pegado al kirchnerismo, el zurdaje y la ideología de género, y lo hizo entregándole un título Honoris Causa de la UNNE a Graciela Fernández Meijide, una dirigente política y referente muy especial del campo de los DDHH.
Fernández Meijide, que fue ministra de DDSS de Fernando De la Rúa y coronó su carrera política como militante de Cambiemos, es rápidamente identificada como una de las apólogas de la “teoría de los dos demonios”, y fue lo más cerca que Zdero, cuya alianza electoral se llama “Chaco Puede” (un eslogan de la Dictadura), pudo estar del repudio al terrorismo de Estado.
“Hoy reafirmamos el compromiso de un Nunca más a la intolerancia, nunca más a la impunidad; que el Nunca Más del ayer sea el Nunca Más de hoy y de siempre”, revoleó el gobernador con su habitual vuelo poético. La frase cruje, evade, tropieza. Escapa de las ataduras, abandona el repertorio de la tradición de Memoria, Verdad y Justicia.
Porque Zdero no está pensando en los milicos. Cuando habla de “intolerancia” se refiere al kirchnerismo; cuando habla de “impunidad” se refiere a la libertad de Cristina o a las denuncias del correligionario Amad contra Jorge Capitanich. Su setencia opaca sobre “el Nunca Más de hoy y de siempre” es una reinterpretación aggiornada en la que los 30.000 desaparecidos (para Fernández Meijide fueron los ocho mil y pico registrados por la Conadep en el informe del Nunca Más) no tienen ninguna entidad.
“Hoy decidimos acompañar un hecho histórico, un acto de alta jerarquía”, agregó. Es como si el 11 de julio, dos días después del aniversario de la Declaración de la Independencia, el “hecho histórico” fuera la inauguración de una maqueta de la Casita de Tucumán en la feria de ciencias de una escuela. Zdero es una persona profundamente ignorante, pero también un tilingo.
Si Kirchner bajó el cuadro de Videla, Zdero desea con todo su ser subir el de Antonio Serrano. Aunque más no sea para reivindicar una figura repudiada por “el kirchnerismo”.