Los frikis que vieron la cadena nacional de anoche se quedaron con la imagen de Milei enfrascado en un cruce pavote con el único opositor que se quedó en el recinto. Esta vez no fue un tosedor.
Facundo Manes, que unos minutos antes había sido patoteado en los pasillos por Santiago Caputo, agitó una Constitución y el presidente lo mandó a leer teoría política. En Twitter compararon al neurocirujano con Troy McClure, de los Simpson. Claramente la foto se la llevó Manes.
Hubo otra imagen alucinante, menos memeable, cuando, después de asegurar que “en los últimos 25 años, la política, vía el Banco Central, le robó a los argentinos US$ 110 mil millones de dólares”, Milei disparó: “Vengan ahora a hablar de estafa piramidal, dale”. Como si la calificación del tipo penal hubiese sido un invento de la oposición.
Hay cientos de denuncias radicadas en Argentina, EEUU y España contra el presidente y los armadores de la estafa. Más de 40 mil personas acumularon pérdidas por más de US$ 4 mil millones. Parte de las ganancias de los insiders -unos US$ 110 millones- quedaron atrapadas en cuatro billeteras virtuales; tres de ellas se llaman ‘Milei’, ‘Milei CATA’ y ‘VladMilei’. Y todo empezó con un tuit del propio Milei instando a comprar $LIBRA.
Que quiera relativizar el escándalo en el que está metido confrontándolo no con las leyes financieras internacionales sino con supuestas estafas del pasado es lo mismo que un homicida, para morigerar la gravedad de sus actos, se compare con Hitler. Difícilmente ese recurso lo excuse frente a un tribunal.
Hubo una tercera imagen que es imposible desligar de esta última, cuando Victoria Villarruel quiso levantar formalmente la sesión y Milei la paró en seco: “No te apures. ¡No te apures!”. La vice sonrió incómoda, esperó a que el presidente gritara “VLLC” y entonces sí, levantó la sesión. Que el lector haga la interpretación que mejor le acomode, pero déjenme decirles algo: sonó a diálogo entre rey muerto y rey puesto.
Dejo para el final la última imagen, que cronológicamente fue la primera: el gobernador Leandro Zdero mostrando la dócil subordinación a un gobierno que prometió más ajuste fiscal para este año. Horas antes, al inaugurar las sesiones provinciales, el chaqueño había confirmado que seguiría colgado de las tetas presidenciales. ¿Morirá con las botas puestas?