La suspensión de la audiencia pública del 27 de enero y el “congelamiento” de tarifas por seis meses en Secheep son la prueba de que al tablero de emergencia del gobierno de Zdero se le quemaron varios foquitos. Cuando se encienden las luces rojas es demasiado tarde.
Tardaron meses en entender que la emergencia energética era más que un verso para conseguir US$ 150 millones para viajes y campañas políticas. Aún si fuera razonable la preocupación por la situación crítica del sistema de generación y distribución de energía (un problema de oferta), la “corrección del mercado”, es decir el 420% de aumento de Milei, le puso un techo al consumo afectando la demanda.
Durante el anuncio de la suspensión de la audiencia, José Bistoletti, presidente de Secheep, demostró que la falta de comunicación en el gobierno es alarmante: “Estamos cerca de los 2000 a 3000 KW en las casas de familias lo cual es excesivamente elevado, esto significa tener más de un aire prendido durante todo el día”. Antes culpaban a los enganchados, ahora a las familias con aire. Pero el Decreto Nº 31/25 firmado por Zdero lo desmiente categóricamente al señalar que “se pretende evitar una mayor caída del consumo”.
Vale decir: las quejas masivas no fueron por los cortes producto de los picos de consumo, fueron por las tarifas impagables que afectan a miles de usuarios, entre ellos jubilados y comerciantes, que a su vez financian el privilegio de Bistoletti y compañía de pasarse el día en oficinas con el aire a full. Culpar a la ciudadanía por los tarifazos es inmoral y, sobre todo, un grave error político.
PECHE, SIEMPRE PECHE
El sempiterno diputado radical es el testimonio viviente de esta confusión histórica. Durante el macrismo decía que el gobierno provincial amañaba las audiencias públicas y que “pagamos la tarifa más cara del país por el peor servicio”. Y en 2019, cuando fue candidato a gobernador, prometió bajarla.
Pero un día les tocó gobernar. Cuando se cayó el crédito por US$ 150 millones para financiar la emergencia energética, Peche dijo que el peronismo quería castigar al pueblo “negándole el acceso a luz y agua”.
Pues bien, la luz y el agua siguieron fluyendo tan mal como siempre. Lo que la gente no podía pagar eran las tarifas. Hasta Zdero entendió -cuando se encendieron las luces rojas- que discutir nuevos aumentos era un suicidio.
Pero Peche no se llama a silencio ni para disimular sus contradicciones. En el Diario del Apocalipsis le tocó escribir las tiras cómicas: “El congelamiento por seis meses no es otra cosa que el resultado de una gestión exitosa que a un año de asumir ha sido capaz de recomponer salarios por sobre la inflación, reactivar la obra pública, realizar una fuerte inversión en salud y educación, en el sistema eléctrico, y hoy anuncia que la provincia se hará cargo de los aumentos de energía que implementa el gobierno nacional congelando la tarifa de Secheep”.
No Peche: no hubo “gestión exitosa”; Zdero no hizo nada de lo que decís. La suspensión de la audiencia no fue premeditada, fue una reculada en chancletas.