Ayer se produjo una nueva escandalosa intervención de la Justicia provincial, esta vez para “revincular” a la “niña Cielo” con sus abuelos paternos. El procedimiento, ordenado por la jueza de Niñez, Adolescencia y Familia Nº 1 de Resistencia, Claudia Karina Feldmann, se llevó a cabo después de las dos de la tarde y fue brutal.
Un rato después recibí el primer video grabado desde la vereda: los agentes de policía custodiando la entrada del domicilio, la abuela, con cara de pocos amigos, esperando a la nieta, y dos o tres funcionarios judiciales de pie junto al portón. Desde el interior se oían los gritos desgarradores de la nena.
Poco después salió el abuelo paterno con la nena tomada por las axilas, con la remera enroscada hasta el pecho, aterrorizada, y la cargó en su auto a upa de la abuela. La expresión de la criatura era pavorosa. Estaba en shock. El tipo parecía cargar, más que a su nietita, el botín de un atraco.
La revinculación ordenada por la jueza es parte de un proceso que arrancó en 2018 y ya tiene más de veinte “causas conexas” que llevaron a la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial a impulsar la medida, pero el conflicto se remonta a unos años atrás, cuando el padre de la menor fue condenado por violencia de género luego de atacar a su pareja mientras tenía a la bebé en brazos.
Cuando la Justicia habilitó la primera revinculación con la familia paterna, la madre denunció que la nena que ahora tiene seis años había sido abusada sexualmente por el padre. Presentó dictámenes médicos y las entrevistas a la nena en cámara Gesell. Ese juicio tendrá lugar el año que viene.
Pero en el camino la familia paterna insistió con la revinculación, aunque para la madre los abuelos paternos fueron cómplices de las supuestas agresiones sexuales del padre al facilitar el contacto directo entre ambos. Las “más de veinte causas conexas” hablan de una auténtica batalla judicial que claramente están ganando los padres del acusado.
Por la tarde recibí un segundo video, grabado en el interior de la vivienda. El momento en el que le arrancan la nena de los brazos a su madre es aterrador. Los gritos de la niña Cielo erizan la piel. Es imposible mirar esas imágenes por más de unos pocos segundos.
Este miércoles la jueza Feldmann circularizó a través del servicio de prensa del Poder Judicial un documento en el que justifica la medida. El nivel de frialdad de sus declaraciones es asombroso. La falta de empatía, inexplicable.
En honor al rigor del análisis de un caso sensible como este, no contamos con elementos para refutar la afirmación de la magistrada sobre “la acreditación a primera vista de las circunstancias graves y excepcionales que la norma prevé para tomar tal resolución”, pero lo de “a primera vista” nos resulta sospechoso si el resultado fue provocar semejante daño psicológico a una niña.
Feldmann va más allá y asegura que “existen abundantes elementos probatorios en calidad y cantidad que justifican la adopción de esta medida”. O sea que no era “a primera vista”. Incluso afirma que la menor “está expuesta a vulneración de sus derechos” y que la medida es “temporal”, una ensalada de contradicciones que defiende invocando el artículo 657 del Código Civil y Comercial y la Convención de los Derechos del Niño.
Su celo respecto a las incidencias de la causa le sirven para no hablar del más grave de los elementos probatorios: el supuesto abuso sexual del padre y la complicidad de los abuelos paternos, que en todo caso será un problema del tribunal que tenga que evaluarlo el año que viene. La nena está siendo sometida por la Justicia, una y otra vez, a una furiosa revictimización. Feldmann está destruyendo a un ser humano en desarrollo que ya fue vejado pero no cuenta con derechos civiles, con otra tutela que la de un montón de funcionarios apurados por cerrar el año antes de la feria.
Según Feldmann “estas medidas no se agotan en las que tomaron estado público, sino que forman parte de un plan estratégico de acción para la recomposición de los vínculos familiares saludables del NNA, teniendo siempre en mira su interés superior”. El terror al que fue sometida la niña Cielo es un “plan estratégico”. Que la arrancaran de los brazos de su madre, un “interés superior”.
La Justicia chaqueña no deja de sorprendernos. Quizás por eso anoche decenas de familias cercanas a la niña Cielo hicieron una vigilia, con silletas y velas, frente al juzgado que ordenó la medida, y este miércoles a las 20:30 lo harán en el mástil de la Plaza 25 de Mayo. Anoche le rezaron a la Virgen María.
La jueza Feldmann, y esto más que opinión es una recomendación, debería aplicar para un puesto en Correo Argentino o Andreani acopiando y enviando paquetes. Custodiar el derecho superior del niño le queda grande.