Dólar planchado, fin del impuesto País (ideal para viajar a Miami, para pagar los consumos en dólares con tarjeta -por el momento vía dólar MEP-, para comprar el último iPhone más barato y desde tu casa), y encima baja inflación y tal vez el regreso de las cuotas sin intereses, son la receta para que los asalariados que quedan en pie y se autoperciben clase media sigan acompañando a Milei. Eso si lo leemos en clave menemista.
Si lo leemos en clave delarruista y con los antecedentes de Toto Caputo y Sturzenegger, tenemos la receta para otro 2001.
En el medio, los desocupados, los docentes que sufren descuentos descarnados por días de paro, los laburantes que no pueden pagar la tarjeta, los que no terminan la quincena, los que no pueden pagar el alquiler, los servicios, el bondi, o no se pueden dar el lujo de adquirir los medicamentos que ya no les cubre el PAMI; en síntesis, los caídos de la fiesta libertaria, muchísimos de los cuales votaron a Milei, todos ellos y ellas tendrán que decidir si esta Pax Romana debería durar para siempre.
Para el gobierno de Zdero impedir una marcha o un piquete es un éxito rotundo. Tal vez cuando sus propios votantes salgan cacerola en mano tenga que pensar en un Plan B.