El 11 de mayo el peronismo gana perdiendo y el radicalismo pierde ganando. Salvo que.
Primero lo primero: ¿por qué Leandro Zdero desdobló las elecciones? Conjeturan que hubo un acuerdo entre él y Jorge Capitanich. La planificación incluyó suspender las PASO.
El adelantamiento le permite al montenegrino sortear una interna chota, armar una lista sin insurrectos y, de paso, anticiparse a la pelea Axel-Cristina.
Y Zdero se anticipa al medio aguinaldo porque le preocupa no poder pagarlo. En mayo seguiría teniendo buena imagen, pero si en junio tiene que anunciar un “cronograma rozista” se pudre el rancho.
Hagamos las cuentas. Se renuevan 16 bancas. La oposición pone en juego 9 (5 el PJ; 3 emancipados del Frente Chaqueño; 1 el Frente Integrador). Juntos por el Cambio renueva 7.
Si JxC gana 11 a 5 (hay cierto consenso entre los timberos del ramo) el PJ conserva sus 5 bancas; JxC sus 7 y suma 4. Para el PJ parece poco después de haber metido 8 legisladores en el ‘21 y el ‘23, pero el problema lo tiene Zdero.
El 11 a 5 desvanece el sueño húmedo de alcanzar los dos tercios. En el global sumaría 19 bancas y quedaría a 3 de la mayoría automática. Tendría que hacer una elección inédita y ganar 14 a 2 para lograr ese hito.
11 a 5 sería una victoria pírrica para Zdero. Actualmente puede persuadir a los opositores no alineados al coquismo (y a algún peronista de simultáneas y contrarias lealtades) para los proyectos que requieren mayorías especiales. Después del 10/12 tendrá enfrente a un PJ abroquelado en sus 11 bancas y a los aliados más consecuentes, el FG y el PTP, que al radicalismo no le votan ni la paz mundial.
Y hay escenarios peores, como un desastroso 10 a 6 o un igualmente espeluznante 10-5-1. Recordemos que en 2021 el Frente Integrador ganó la banca que hoy ostenta Darío Bacileff Ivanoff.
Chiyito bien podría repetir la hazaña. Las elecciones de medio término son la ventana de oportunidad para las terceras fuerzas. La actual derechización del electorado le abre la puerta a los discursos del palo, que pescarían en la pecera del cambiemismo. Por eso decimos 10-5-1 y no 11-4-1.