Cerré mi último posteo diciendo: “están dispuestos a llenar la provincia de presos políticos”. No fue una frase demagógica. La Justicia chaqueña está en su peor momento. En honor a la verdad hay que hablar del Ministerio Público Fiscal como motor de persecución política, con causas e investigaciones abiertas a partir de denuncias insólitas, de intuiciones que terminan, de ser posible, con los investigados en la cárcel mientras los expertos se desesperan por recolectar documentación para justificar la medida -extraordinaria- adoptada.
Hace unos años recuerdo haber publicado en el extinto 3500Noticias el audio del procurador Jorge Canteros diciéndole a un compinche que no se preocupara por su hijo, que no iba a quedar detenido en una de las causas de lavado que la Justicia Federal le había cedido a un equipo fiscal provincial. Obviamente el flaco nunca pisó una celda. Ese mismo procurador, hoy en función de gobierno, por así decirlo, impulsa -o bendice o promueve o saluda alegremente- preventivas a destajo.
Cuando un agente del gobierno de Leandro Zdero presenta una denuncia de media carilla en papel A4, un fiscal la toma y un par de días después hay un referente de la oposición imputado en una causa penal, o detenido (y en las audiencias ni siquiera exhiben las pruebas porque todavía las están buscando, y en el sistema informático del Poder Judicial no se le brinda acceso a la causa a sus abogados); cuando todo esto pasa, digo, deberíamos preocuparnos porque estamos frente a un sistema de persecución que no por grotesco es menos peligroso.
El relato del rector de la Uncaus, Germán Oestmann, sobre su detención hace pocas horas en una ruta provincial por parte de la Policía es inquietante. Lo transcribo.
“Fui víctima de un mal procedimiento por parte de la Policía de la Provincia del Chaco. Cuando estaba cruzando el peaje de Makallé, viniendo de Sáenz Peña y yendo para la ciudad de Resistencia, frenan al vehículo en el que me dirigía; nos piden que nos pongamos al costado sin haber pedido ningún tipo de documentación, y comienzan a sacar fotos al vehículo, de la parte trasera”, le contó a Julio Wajcman.
“En un primer momento me pareció un poco extraño. Se demora unos tres minutos el agente de la Policía en acercarse a pedir la documentación, se la pide al chofer del vehículo, a mí no me pide nada, y solamente me mira y me pide el número de documento, lo carga en un sistema y en ese momento me dice que yo no podía seguir circulando porque tenía una medida cautelar con una restricción para salir del país”.
“Le dije que no sabía que me encontraba en una zona fronteriza, que estaba dentro de la provincia y que estaba circulando conforme a derecho, y me dice que no podía dejarme circular, que tenía que informar a sus superiores. En ese momento lo dejamos, yo tenía un vuelo a Buenos Aires. Le digo que estaba llegando con poco tiempo al aeropuerto de la ciudad de Resistencia. Me dice que no me podía dejar seguir circulando, con lo cual el primer delito que allí cometen es la privación ilegítima de la libertad”.
“Se pone a hablar por teléfono, me pide que baje del vehículo. Para esto sustrajeron la documentación del vehículo, cuando sabemos bien que lo correcto es exhibirla; se lo han llevado, a mí no me han pedido ningún tipo de documentación, lo cual me ha parecido más extraño todo esto, y luego me dicen que me tienen que notificar que yo tengo esa medida”.
“Le dije que yo ya estoy notificado y que conforme a esta medida cautelar todos los meses me presento en el Juzgado Federal de Roque Sáenz Peña para estar conforme a derecho por esta causa que tenemos en la universidad. Lo he hecho el día viernes. El juzgado estaba de paro, no obstante personal del juzgado me ha tomado el comparendo como todos los meses [pero] me dicen que yo no estaba conforme a derecho”.
“Le explico que eso estaba mal, que igualmente no me podía detener, que no era competencia de la policía. Obviamente me he comunicado con el ministro de Seguridad para decirle las denuncias que vamos a hacer y el mal procedimiento de la Policía”.
“En ese mismo tiempo el jefe de la Policía de la Provincia del Chaco empieza a mandar a todos los grupos de Whatsapp de periodistas justamente esto que había sucedido. Me pareció de muy mal gusto porque esto era eminentemente político, con tendencia a alguna difamación, a alguna falsa noticia sobre mi persona. Medidas sobre las cuales vamos a accionar. Me parece que en esta época no podemos estar viviendo este tipo de situaciones”.
“Me tuvieron demorado aproximadamente 35 minutos. He intentado comunicarme con el gobernador, le dejé un mensaje para que sepa de esta situación. Estas cosas no pueden suceder. Que uno tenga un expediente abierto no significa que no pueda transitar o sea privada ilegítimamente de su libertad, y que se busque difamar de la manera que lo han hecho. No obstante, después de 35 minutos pudimos seguir circulando”.