Quizás el voto más paradigmático -o sintomático- de apoyo al veto de Milei al aumento del presupuesto universitario fue el del exministro de Educación bonaerense y nacional Alejandro Finocchiaro, egresado de la UBA y ex decano de Derecho en La Matanza: “Acá estamos hablando de una disputa de poder y del mensaje que este recinto va a darle a los mercados internacionales, a los inversores que tanto necesitamos y a las consultoras de riesgo”.
Es paradigmático porque intenta resolver su propia contradicción -se formó, fue docente y presidió la universidad pública- priorizando “el bien mayor” -garantizar inversiones para pagarle al Fondo- mientras confirma sus principios doctrinarios: dijo que prefiere “cortarse la mano” antes que votar con el kirchnerismo. En la soledad de su despacho o sentado en el inodoro, Finocchiaro, hijo de un obrero de la construcción de La Matanza, podrá decirse a sí mismo que es un héroe, un traidor y un mártir al mismo tiempo.
Menos contradictorio resulta el voto en el mismo sentido de los diputados chaqueños Carlos García (LLA, Plaza) y Marilú Quiróz (Pro, Avia Terai). El primero es comerciante y productor agropecuario; la segunda, empresaria turística y productora agropecuaria. Hasta donde sabemos, ninguno de los dos pisó nunca la universidad. Para ellos no hay nada que debatir. Son emprendedores, meritócratas. Ven al campus de la UNNE o de la Uncaus como un privilegio populista. Por origen e ideología, son Manolito y Susanita.
Hay una divertida reseña de Diario22 sobre Quiróz, a la que llama ‘tarotista’: “Era concejal en Avía Terai pero vivía en Campo Largo. Era Gerente de las Termas del Municipio de Sáenz Peña pero gerenciaba su secretaría vestida de geisha, ahora es Diputada por el Chaco, pero vive en Buenos Aires. Regalaba ropa en Charata y Las Breñas pero las compraba con recursos de un exintendente de Sáenz Peña”. También recuerda que durante la pandemia “junto a su esposo -y asistente- protagonizó un escándalo al increpar a un policía”.
Según Infoqom, en septiembre el fiscal federal Patricio Sabadini solicitó al Instituto de Tierras Fiscales informes sobre eventuales adjudicaciones de tierras públicas a Quiróz, Exequiel Matías Rodríguez Huerta (hijo de su marido y asesor de la diputada en el Congreso) y/o a la empresa Tapenagá S.A. y el establecimiento agropecuario “Las Curiosas”. La nota no precisa si el pedido de Sabadini está relacionado con la causa “mafia del desmonte en Chaco”.
Si Carlos García nunca había incursionado en política hasta que conoció a ‘Capi’ Rodríguez, Marilú Quiróz cuenta con una larga trayectoria militante que arrancó en la UCR y derivó en el Pro. El primero recién está conociendo las mieles del poder; la segunda siempre se sirvió de la política para sus fines personales y, si llegara a encontrarse en apuros por algún arranque justiciero de Patricio Sabadini, hasta podría hacer uso de su inmunidad parlamentaria, como Aída Ayala, para nunca pisar una celda. ¿Por qué no iban a votar en contra del aumento del presupuesto universitario?
Por eso no debe sorprendernos que Gerardo Cipolini y Juan Carlos Polini, que aparte de tener títulos académicos son radicales al uso, nietos de la Reforma Universitaria de 1918, hayan votado a favor de rechazar el veto presidencial.