Luego del rechazo al empréstito de US$ 150 millones solicitado por el Ejecutivo chaqueño, 16 intendentes peronistas suscribieron un documento en abierta oposición a lo ordenado por el presidente del PJ, Jorge Capitanich, de votar contra el endeudamiento. Las razones que argumentaron fueron genéricas pero la grieta que abrieron en la oposición es bien concreta.
Los firmantes se presentaron como “una oposición constructiva y objetiva” y se negaron a “asumir posiciones irreductibles que sólo busquen hacerse de ‘la épica’ ante un pueblo que ya ha dado sobradas muestras de estar harto de la vieja política que sólo se mira el ombligo”. El tiro por elevación a Capitanich no necesita traducción.
Incluso le dieron un consejo: “Seamos conscientes del rol de oposición que nos otorgó la ciudadanía, no podemos ser una oposición intransigente”, porque “la política no es para nosotros un fin, sino sólo el medio para el bien de la Patria”.
El documento no menciona una sola obra para potenciar la matriz energética ni de la provincia ni de los municipios. Y si leyeron el proyecto de ley de emergencia hídrica y energética, saben que Zdero tampoco tiene claro cómo invertir esos US$ 150 millones (el artículo que habla de habilitar créditos a tasa subsidiada para que la gente compre paneles solares o ponga molinos eólicos en el patio de su casa es un chiste).
Entonces, ¿por qué el enojo? Porque -y esto es una suposición- los jefes comunales creen que si Zdero consigue el crédito van a recibir fondos para sus municipios. Es probable que hasta lo hayan conversado. Ahora bien, no es ilegítimo que quieran recursos para sus localidades, pero si entendieron que había que detonar el PJ como única salida, estaban entrando al quirófano con una motosierra.
Este viernes un grupo más grande de 31 intendentes peronistas presentó un nuevo documento, que esta vez sincera el objetivo de base: conseguir fondos y punto. De los 16 que firmaron el primer documento, 10 también firmaron el segundo. Los seis restantes, entre ellos Magda Ayala, de Barranqueras, se abstuvieron.
El nuevo escrito es prácticamente un proyecto de ley, pero igual que el primero no menciona una sola vez la crisis energética ni las posibles soluciones. Va a los bifes: “pedimos que se destine a financiar políticas públicas de carácter municipal para la totalidad de los Municipios de la Provincia, por hasta un monto de $50.000.000.000 (…) de los cuales $10.000.000.000 los intendentes solicitamos que sean asignados a los municipios como fondos coparticipables”.
O sea: ya que se está hablando de conseguir un crédito milmillonario, que la plata se ocupe para repartir entre los municipios. Y no es desatinado pensar, siempre en tren de suposiciones, que también esta diferencia (30% para los municipios, 70% para Zdero) sea parte de un acuerdo implícito. Eso sí: piden que la deuda se tome en pesos, no en dólares.
¿Por qué insisto tanto en que intendentes peronistas y operadores de Zdero se pusieron de acuerdo? Porque ambos documentos tienen algo en común: critican fuertemente el ajuste y los recortes de subsidios del gobierno de Javier Milei, pero en ningún momento se meten con la gestión provincial. Además, entre un documento y otro parece haber habido un acercamiento entre las partes. Como dice un amigo, “si esperan una semana más van 60-40”.
Es posible que piensen que Capitanich tiene un trabajo bien remunerado en Buenos Aires y que no tiene que lidiar con el día a día de la gestión, y que así es fácil ordenar que se vote esto o aquello. Encima nadie le va a discutir su candidatura a senador, pero ¿y en los pueblos qué pasa? ¿quién tiene que dar la cara? El mayor logro de Zdero hasta el momento no fue de gestión, fue político: está desintegrando el peronismo.